miércoles, 29 de mayo de 2013

Y de repente no aguanté más. Y dejé que toda esa mierda me comiera por dentro, como antes, como nunca antes también. Y sencillamente no entiendo el por qué de las cosas. No entiendo por qué todo me lleva a ese momento. No entiendo por qué los recuerdos no se pueden quedar en eso, en recuerdos. Por qué tengo que sentir todo como ayer. Por qué sentir. No entiendo por qué se parece tanto, por qué se repite todo. Y los errores. Los errores son los mismos, disimulados. Y me siento cansada de estar bien cuando en realidad no está bien nada. Nada. ¿Por qué vivimos tan mal? Me lo pregunté una y otra y otra vez. Por qué nos preguntamos todo. Por qué no superamos. Por qué desaprovechamos uno, mil, millones de momentos. Y no hay respuesta y estoy llena y vacía de cosas malas, y no sé qué es peor. Y no entiendo por qué no puedo olvidar, y a la vez siento bronca por querer hacerlo. Es triste. No ayuda. No sirve. ¿Cómo un día tan lindo puede ser un día tan triste?


miércoles, 13 de febrero de 2013

Los besos, el olor a pasto recién cortado, a libro nuevo, la comida de la abuela, ese shampoo que tiene olor a verano, el viento en la cara, el borracho de enfrente tocando la guitarra, canciones viejas, canciones nuevas, el ruido de mi vieja abriendo la puerta de casa, el sol en las vías del tren, el ladrido de mi perro y el motor del auto de mi viejo. El lunar de mi mejor amigo, los cuatro viejos que caminan por la plaza, los vecinitos que tiran pirotecnia en año nuevo, un tema de Charly tirado en el pasto, la marihuana, los colores, hablar a gritos en un boliche, la gente que lee en los colectivos, la voz de Baglietto en las mañanas hace años, el tobogán del jardín, acostarse en Plaza Francia, los orgasmos, hablar con desconocidos, reírse solo. Caminar, las calles de Ranelagh en otoño, temblar por Capital en pleno invierno, escuchar al tipo que toca la trompeta en el negocio que vende muebles, el auto oxidado a dos cuadras, el rosal de la casa de mi abuelo, el cuadro de Chaplin y de los Tres Chiflados, las películas de Woody Allen, las chicharras, los desayunos abajo del sauce, la textura de las cicatrices, las manos de mujer, la espalda de los nadadores, el negro Dolina en la radio, las historietas, mirar a los ojos, reírse hasta llorar y lo mismo al revés, los recitales de Fito Paez, la ruta a la noche, la mermelada casera, los tipos del taller, el rincón donde nos sentábamos siempre, y un montón de cosas más. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Empecé a leer Cien años de soledad. Hace bastante, en una espera eterna en la fila del registro civil. Hace cosa de dos días lo retomé... las primeras hojas, por algún motivo, me parecían estar situadas en un tiempo más que remoto y en un lugar más que extraño. Con el correr de las páginas me di cuenta de que ninguna de las dos cosas eran así, y me di cuenta de que en realidad nada indicaba lo contrario. Eso es lo lindo de los libros, uno puede estar en miles de lugares y vivir miles de aventuras, pero nunca van a ser las mismas. No importa que sean las mismas hojas que leyeron miles y miles de persona, cada uno recrea un lugar único. No soy de esas minas fanáticas de la madre (aunque sea la mejor del mundo), pero si hay algo que nunca voy a poder terminar de agradecerle es el cómo me enseñó a leer, o mejor dicho a  ser lectora. Aunque es un vicio que tengo descuidado, a raíz de otros vicios mucho menos ricos, lo admito. 
Hoy a la noche soñé que Argentina estaba atravesando por un Golpe de Estado de nuevo. Estaba con un grupo de estudiantes y nos detenían sin razón aparente. La mayoría no se hacía mucho drama, era más intriga que otra cosa, pero otros sabíamos lo que venía. Fue larguísimo y obviamente tuvo pasajes muy delirantes, como todos los sueños, pero me desperté muy angustiada.
El otro día le compré algo de comer a un perro de la calle y casi me arranca un brazo después de comer. Creo que fue cariñosamente pero me pegué un cagazo digno de mencionar (en realidad no, pero acá nada es digno). Y ayer vi una rata. Muerta y a varios metros de distancia, pero casi tengo un paro cardíaco múltiple. Las detesto, espero que algún día se me pase esa fobia. Al menos voy a intentar superarla, mis intenciones son de estar un poco en la naturaleza, digamos, y voy a tener que aceptarlas como parte de la misma. 
Suena Como la cigarra, cantada por la negra Sosa. Qué tipa dulce. Me gusta la gente que sabe apreciar la música en toda su variedad. Me parece re triste que la gente se estanque en un sólo género o que desmerezca otros como el folklore mismo de  su país, con lo rico y lo nuestro que es. Me doy cuenta de que la gente cuando dice lo que busca habla de una persona con los mismos gustos que uno. Es un poco egoísta para mí. Yo prefiero estar con alguien distinto a mí. Claro que si sus gustos me parecen buenos, mucho mejor, pero si son distintos, más todavía. Si no es un poco aburrida la cosa, para alguien igual a uno basta con mirarse al espejo. 
Mi hermanita volvió a decir que le parecen guapos los negros musculosos. Tiene seis años, es una atrevida, no hay palabras jajaja. "Ja ja ja". Probablemente sea la onomatopeya más usada, pero también la más absurda... creo que la risa es la cosa más difícil de expresar en un papel. Y la más linda, sin dudas. Hay gente que se ríe poco. Que sonríe poco. Yo quiero llegar a vieja y poder mirar para atrás con muchas pero muchas arrugas alrededor de la boca, de los ojos. Hay tantos tratamientos de belleza, tanta cirugía, tanto botox. Tanta carrera absurda contra lo único que no hay manera de evitar, el tiempo. Qué ridículo, ¿no? Estar viejo significa haber vivido, y tampoco te impide seguir haciéndolo. Me acuerdo de este mini cuento que leyó una vez Roberto Laiseka. Trataba sobre un hombre que al presentarsele la oportunidad de que un deseo suyo se cumpla, pide vivir el resto de su vida tal como se encontraba en ese momento: con juventud, amor, dinero. Efectivamente, el hombre vive por el resto de su vida en su estado actual, sin envejecer un sólo día... porque muere esa misma noche.  Qué ironía. 





La vida cabe en un click, en un abrir y cerrar, en cualquier copo de arena. 

miércoles, 30 de enero de 2013

Estoy cansada, me siento mal y no puedo dormir. Sálvame Jebús. 

lunes, 22 de octubre de 2012


I hate the word homophobia
It's not a phobia
You are not scared. 
You are an asshole.

lunes, 15 de octubre de 2012

Y morirme en un telo con vos. 

domingo, 14 de octubre de 2012














La foto es considerablemente fea, pero estoy con la ídola de Liliana Bodoc. Realmente, qué mujer encantadora, es un placer inmenso poder disfrutar de su presencia y sus palabras. Y me dedicó el libro de manera muy linda, ya quiero leerlo. 
En fin, acá me encuentro otra vez escuchando temas muy copados de rock nacional. Ahora mismo está sonando Se despierta la ciudad, como que es un tema re colgado en medio del compilado, me causa gracia. Igual se la re banca. Mi profesora de política me dijo que escribía parecido a Peter Capusotto. Me dio tanta emoción que casi lloro. Y eso que era la introducción de una monografía, quién sabe donde coño vio el parecido. Ojos que no ven, corazones que no sienten, y vos que estás por venir. Hoy fue un día muy muy hermoso, en cuanto a clima digamos. Se siente tanto la primavera, ese olor a día soleado. Aunque odio saber que va a empezar el calor ese de derretirse en época de clases con el fucking uniforme. 
Ayer fui a ver a Fito, qué, pero qué lindo recital que dio. Y por supuesto, qué grande Charly, es increíble lo mucho que me llena el solo ver al gordo ahí parado. Ahora empezó Por una cabeza. Estos temas que no escucho nunca, pero me encantan. Tengo que leer mucho en esta semana y el material es de esos que sirven de somnífero, incluso siendo que me interesa y que lo disfruto. No lo puedo evitar. Quiero que publique algo el Autobiógrafo, quiero historietas para leer. Tengo ganas de que pasen estas semanas, o de sacarme al menos un poco todas las cosas que tengo que hacer de encima, porque siempre dejo todo para último momento y eso me jode. Hoy soñé con un porro superpoderoso. Ojalá fueran así. Era como uno ordinario pero... perfecto. Estoy soñando cosas muy locas por estos días. Uh, ahora los Piojos. Qué grandes. Acabo de ver un camaleón bebé (por foto, claramente) y acabo de decidir que es el bicharrajo más lindo de la creación. Aunque es probable que si viera uno personalmente me asustaría. ¡Lo mal que se vive lo bien que se está! Sé que transmito una imagen personal muy distinta a lo que en verdad soy, pero... la pucha que vale la pena estar vivo. Con eso me refiero a que por ahí la gente me ve muy seria o fría pero, mierda, se la pasa bien. Me da bronca que la gente se llene la boca hablando pelotudeces sobre lo difícil que es la adolescencia. Es decir, podés tener muchísimos problemas, pero no están relacionados un carajo con la edad. Si la pasás mal por ser adolescente, sos un gil. Quiero conocer al bebé más gordito y lindo del mundo. Dios, empieza a sonar Mi caramelo de la Bersuit. Lo tuve muy pegado estos días. Me acuerdo que cuando era chica iba en el auto con mamá, y siempre que la pasaban por la radio ella decía que no le gustaba. Por la letra le debía parecer muy... explícita para nosotros. Pero igual, creo que en esa vulgaridad esconde una dulzura enorme, una sinceridad. Esa cosa del tiempo que se pasa, la persona que se va... que aunque sigas adelante y tengas otra persona a la que incluso ames, no es lo mismo. Que es lo que le da la magia en sí, el recuerdo. El idealizar al otro. El ¿qué hubiera sido? Cambio a toda esta familia por un segundo por vos. Esa frase me come la cabeza cada vez que lo escucho. Hay canciones que después de un poco de dolor o resentimiento, por qué no, tienen otro significado. Debería ir a dormir, mañana debería despertarme para estudiar. Pero... "debería". Cada vez que uso comillas, más cuando las uso tan al pedo como recién, me acuerdo del personaje de Capusotto agarrándole las comillas al cheto y doblándole los dedos. Estas ganas borrachas de volverte a ver. Me duele mucho el cuello la puta madre. 


Bueno, chau. 

jueves, 16 de agosto de 2012

Suit up.



But you didn't have to cut me off, make out like it never happened, and that we were nothing. And I don´t even need your love, but you treat me like a stranger and that feels so rough. Y de repente escucho esa canción y por primera vez realmente escucho la letra, y me da pena que me haga acordar tanto a todo esto. Me siento tan decepcionada, la puta madre. Y me hacés doler tanto. No quiero ser un pete pero si no lo decía en algún lado iba a explotar. En fin. Hace relativamente poco encontré un pajarito muerto al lado de casa. Me dio mucha tristeza, era hermoso. Lo quise ir a enterrar a lo Michael Scott, pero cuando salí de nuevo ya no estaba. Hace un poco menos, me encontré muerto en una esquina por la que paso todos los días a un perro que veo desde que tengo memoria. Tenía los ojos fríos, fijos, abiertos. Y lo sacaron en una bolsa. Y qué sé yo, estaba hace años ahí, y si así era, debían darle de comer y todo. Y sin embargo estuvo muchísimo hasta que alguien hizo algo, ahí duro, a punto de llenarse de moscas. Supongo que por lo menos yo lo voy a recordar un poco. Suena Stairway to heaven, qué belleza. Tengo ganas de salir. Ayer terminé Operación Masacre y empecé La razón de mi vida, de Evita. Si tenía una buena imagen de esta mujer, eligieron la fórmula exacta de hacer que se arruine en un santiamén. Ojo, tengo muy en cuenta el pensamiento de la sociedad en general de la época respecto a las mujeres y de lo que probablemente habrá sido su crianza. Pero aún así... casi se puede decir que me duele a los ojos ver ese machismo disfrazado de feminismo en una de las principales figuras femeninas de nuestro país. Es triste, y me hace notar cuánto prejuzga uno a las personas por saber solo acciones superficiales y pocas cosas más. Aunque claro, respeto muchísimo todo lo que hizo, y nadie le quita lo bailado. Suena All my love de Led Zeppelin. Rico. Ahora Kashmir, mega rico. Tengo ganas de dormir, y no, en serio no tengo ganas de ir al colegio. Qué verga.  Qué lindo ver cuando un deportista alcanza una meta tan importante como una medalla olímpica. Esa felicidad, es una locura. 


Chau. 

lunes, 23 de julio de 2012




Poniéndole pesas a mi balanza busco equilibrio.

domingo, 22 de julio de 2012

toco y me voy

Es de noche. De fondo suena Murguita del sur, mientras como pasas de uva cubiertas con chocolate (a nadie le gustan, gente deforme). Está todo perfecto para escribir acá. Hoy pasó algo muy curioso que no me pude sacar de la cabeza por largo rato. Estábamos caminando por Caminito cuando una mujer justo al lado nuestro, desesperada, empieza a gritar que perdió a su hija. Ocho años, pelo rubio. Estaba al borde de las lágrimas, pedía por un policía, se la describía a mis viejos, a la gente. Gritaba su nombre: Mila. En fin, al minuto se empiezan a escuchar aplausos más adelante. La nena había seguido caminando, no estaba asustada, probablemente apenas notó que estaba perdida. La madre fue a encontrarla y nosotros seguimos nuestro camino. Todo normal, hasta que me doy vuelta y mis viejos estaban llorando... los dos. Mi viejo obviamente un poco más rescatado. Mamá, lloraba como si estuviera pelando cebollas en un funeral. Y me produjo una sensación muy extraña... no sé por qué, supongo que es raro ver a los padres de uno tan vulnerables y por algo que ni siquiera les pasó a ellos. Hoy, más tarde, vi como le robaban a una chica. Pobre, de la impotencia quiso correr al chorro. Su amiga la paró, por razones más que obvias. Creo que lloraba, y terminó de desquitarse dándole una patada al piso y dando un grito. Para el tipo con todo mi amor, qué hijo de una gran puta que debés ser. La mayoría de los insultos involucran a una puta o a un órgano reproductor femenino. Es repulsivo que hasta algo como las puteadas estén tan desbordadas de machismo. Pero como tantas cosas, al decirlas uno no piensa en el significado literal. Ya tienen un sentido generado por el uso o la costumbre. Cuando uno dice que alguien es hijo de una puta no se lo imagina siendo amamantado por Galaxia (cosa que no tendría nada de malo, mi pobre mujer de la noche), si no siendo un gran forro del ojete. Qué linda canción Barriletes. A la noche soñé que mi perro bailaba. Por dios, no me puedo sacar esa imagen de la mente. ¡Era tan adorable! movía sus patitas al son de una canción navideña, era tan real... hermoso. Vi al tanguero más lindo del mundo, lo juro. Me llama mi madre desde su habitación, deberían tener una campanita, cuando les agarra sueño se vuelven más demandantes que... bueno, no sé, pero que algo. Quiero ver The office, oh sí, el capítulo ya se cargó, y extrañamente en Cuevana. Lo voy a ver y vuelvo.  Listo. Al fin, quería terminar ese capítulo desde ayer y no podía porque se me apagaba Garota. Acabo de recordar una parte muy muy rara de mi sueño. Yo iba caminando por la calle con un trajecito en una percha. Era un traje de monja como marrón clarito (¿eso existe?). En eso, pasa en auto el hermano de una chica que conozco (el hermano imaginario, no tiene). Era súper lindo y estaba vestido de cura. Le dice a esta chica que le de mi teléfono porque yo era monja. Fin. Tengo sueño en los ojos, ese calor que envuelve los globos oculares llenando tu cuerpo de modorra. Qué linda palabra, ¿verdad? Estoy viviendo una etapa rara. Es casi perfecta, pero es rara, y no estoy segura si raro bien o raro mal. Simplemente raro. Tendré que tomarme un tiempo para averiguarlo. Mañana tengo que hacer dos cosas que rozan lo importante. Lo escribo acá como para extorsionar a mi conciencia, así se ve obligada. No me gusta que la gente crea que soy mala persona. Ojo, tampoco digo que sea una excelente persona. Hay gente que se jacta de serlo, y muchas veces con razón, pero yo no me atrevo. O al menos tengo asumido que en incontables ocasiones me muevo por el egoísmo de querer lo mejor para mí (o al menos lo que me divierte) sin pensar las consecuencias. Pero son cosas normales. Todo lo demás está en su sitio y bien puesto, no soy una hija de puta (he aquí de nuevo el tema de las "malas palabras". Ay de mí si me escuchara Fontanarrosa). 

 Hoy tengo muchas ganas de escribir. 
Tal vez vuelva. 

miércoles, 18 de julio de 2012

Todos los nenes tienen el pito más grande que yo.

miércoles, 11 de julio de 2012

cuide su tiempo, no lea esta poronga


El blog nunca me va  a conformar con lo ordenadas que pone las fotos. Uno no puede escribir donde quiere. No sé, es un fastidio. Es muy estructurado. Lo que siempre me molesta de eso es cuando intento llenar un papel de puntitos, porque no puedo hacer los lunares en un lugar cualquiera, siempre terminan alineados de alguna manera. Hola Adrien Brody con un solo ojo. Suenan las Pastillas del abuelo. Eso sería mucho mejor si no estuviera el programa del Trece a todo lo que da, programa pedorro, la emoción falsa de ese tipo despierta mi violencia (pero bueno... ¿qué no lo hace?). Falta poco para las vacaciones, ya no quiero ni ir al colegio estos días. Tengo sueño y calor en los globos oculares. Mamá tiene un leve parecido a Calculín con su nuevo corte de pelo. Igual es hermosa.
Tengo que leer Operación Masacre para mañana, y toda la fiaca, onda... ¿qué hacés acá, flaca? Pero bueno, siempre se puede dejar para mañana. 


Bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla bla. Quiero escribir pero no me sale nada de las manos. Vamos a desconectar a ver si sale algo. En casa hay una tela con un dibujo, para mí es como un puerto europeo. Me gusta mucho y siempre le encuentro formas nuevas. Me gustaría que hubiera otras vidas y nacer alguna vez hombre y alguna vez pez o algo por el estilo. A cara de perro no sé jugar. Qué hermosa canción Sobreviviendo la gran puta, hermosa. Tengo que leer el texto de teatro. Si fuera hombre me gustaría mucho tener barba de esas muy tupidas, me encanta. Quiero ver el sol, sol de primavera o de otoño que recién empieza. Qué lindo. Igual el invierno está adorable, perfecto para dormir hasta altas horas de la vida. Mm, pienso en mi almohada y se me cae la baba. 


Definitivamente llené espacio al pedo desde el comienzo, y como veo que la inspiración ni siquiera amaga en llegar, opto por retirarme. 


Perdón por la pedorrada.
Achuck.

sábado, 30 de junio de 2012

(andan los títulos, qué emoción)







Y de repente, como un impulso irrefrenable siento la necesidad de ponerme a escribir acá. De fondo, suena una canción de No Te Va Gustar. Nombre curioso para una banda. En fin, está a un minuto de ser la una del mediodía. 13:00 hs. Me molesta cuando me queda un momento como este, en el que todavía es muy temprano para prepararme para algo y muy tarde para hacer otra cosa. Eso, sumado a que soy una pésima administradora de mi tiempo y siempre termino llegando tarde a todos lados, por lo que mis cálculos son en vano. Últimamente estoy viviendo en un estado raro. Por un lado estoy muy contenta (hablo del estado, como ser, soy feliz, sin duda alguna), y por otro me bajoneo un poco seguido. Pero eso pasa porque tengo como una nube de pedo en la cabeza y tengo descuidadas un montón de cosas que me importan mucho. Como yo por ejemplo. Pero está todo bien. Tengo tantas ganas de escuchar los Beatles hoy, son como la banda sonora de mi vida estos días. Solo me quiero sentar a esperar... Con este nuevo editor de entradas (verga) me cuesta horrores subir fotos desde la computadora. Puta modernización, yo estaba genial con el antiguo escritorio y todo eso. Hace tanto que no leo, Jesús. Me da asco. Creo que estoy enamorada de Jim, de The office. No, mentira, se me pasó como en la segunda temporada, pero igual. La empecé a ver hace menos de un mes, y ya estoy en la sexta temporada (es preocupante la grosa cantidad de tiempo al pedo que tengo). Necesito cosas para distraerme ya. Ya. Las fotos viejas tienen un no sé qué que no se consigue en cualquier lado. Las fotos perdieron valor en este tiempo, aunque se crea lo contrario. Aunque estemos mucho más pendientes a ellas y saquemos constantemente, una foto es ahora algo pasajero, que conserva su encanto hasta que sacamos una mejor, y listo. Es triste. Claro que se sigue disfrutando mucho de la fotografía, pero perdió ese aire de rito que tenía antes. Lo que sí me gusta es que se puede ver todo el texto extendido en la pantalla. Es como escribir en una hoja en blanco. Mañana va a ser un gran día, te lo digo yo. Siento que hace una eternidad que no hablo en serio con nadie. Nunca, me lo guardo todo. Es molesto. Ya no duele y no va a doler. Me consume la vagancia. ¿Algún día mejoraré con los nenes chiquitos? En el único momento en que puedo tolerarlos realmente es con una nariz puesta. Es frustrante, a veces trato de tratarla bien a Pini, pero es más fuerte que yo. Tengo ganas de ir a un recital. Tengo unas Toddy en la mochila. Tengo ganas de ver a Sol (ah, soy un primor). Me gustan mucho los lápices comillas raros comillas. El que no conoce a Caro Pardíaco la tiene bien adentro. Por dios, es dios. Me acabo de dar cuenta de que hay montones de Cualca que no vi, los de hace unos días. Pini canta la canción de Ana Chamot, es genial.

Eso lo escribí ayer. Ahora es la 01:40 a.m. Cosas para decir: feliz julio. Hoy conocí a varios payasos geniales (baba cayéndose). Extrañaba mi nariz payasa, mucho. Me pica la pierna. El remisero que me trajo a casa era en extremo educado y amable. En la puerta de casa están instalados escuchando música de viernes y yo acá con ganas de salir. 


Hasta la vista, baby. 
(volveré en forma de millones de fichas)

miércoles, 30 de mayo de 2012


Últimamente duermo todo el tiempo. No soy de dormir siestas (porque voy a la tarde al colegio, lógicamente nunca adquirí la costumbre) y casi nunca me "tiro" a dormir. Pero estos días... ¡Jesús! Le saqué chispas a la almohada, si es que eso es posible. Ayer me desperté y me tenté de escuchar Durazno Sangrando. Jose dormía y estaba sola en casa. Las pequeñas delicias de la vida (conyugal). De escribir eso me dan ganas de escuchar esa canción, en breve lo voy a hacer. Hace tanto que no escribo acá que tengo los pensamientos más dispersos que nunca. Como que se desparraman y la lógica no se mantiene de una frase a otra. Pero no importa. Darse cuenta de que estás hasta las pelotas con algo. Hoy hizo más frío que hasta ahora, qué feo y qué lindo a la vez. Ya me agarra esa modorra irreparable que hace tortuosas mis mañanas y que me transforma en una marsopa imposible de despertar (incluso a altas horas de la tarde, o bueno, tampoco tanto, pero casi). Mañana tengo prueba de Economía. Mmm, economía. Ya suena pequeñas delicias. Tenés todo y nada para dar, ¿cuántas calles bajaste antes de llegar? ¿Cuántos timbres tocaste antes de entrar? Qué canción espectacular. ¡No llores nena que no es la muerte! [...] Estoy en busca de algo naranja y verde. ¿Y qué te importa si fuiste mía, y qué te importa la policía? Dios, Sui Generis es sublime, y pensar que eran pibes. Malditos talentosos. Me tengo que pintar las uñas, no puedo aguantar verlas mal, sobre todo porque tuve un percance con un esmalte que me las tiñó de verde. Me puse un poco al día con Doctor House MD, y al fin llegué a la temporada 8. En unos días la termino para siempre, estoy retrasando el momento, todavía tengo la herida de Lost abierta. Necesito alguien que me emparche un poco y que limpie mi cabeza.

Chau. 

lunes, 9 de abril de 2012

¿Amistad más linda que la de Chandler y Joey?

No lo creo.

martes, 3 de abril de 2012

El naranja es el nuevo rosa.

El don es la nueva señora.

lunes, 2 de abril de 2012


Hace días y días que entro a este espacio con intenciones de escribir, y desisto al primer intento. ¿Será que tengo menos concentración que un choclo? Probablemente. Hay una cosa que noté hace mucho, mucho rato, y no sé si ya publiqué. Para ir al centro de la ciudad, voy casi siempre por el mismo camino. Y hay una calle en particular, o mejor dicho una esquina, donde nunca me agarra el semáforo. Pasé por ahí a todas horas, desde las nueve hasta las diez o la hora que fuere, y sin embargo siempre, siempre, el semáforo está en rojo. Por un lado es perturbador, y por otro se siente como una alineación de los planetas confabulando para mi comodidad (o algo por el estilo). Vuelve a sonar Un pacto para vivir, y me da la sensación de que siempre escucho lo mismo. Hoy tenía un dolor de cuello tan fuerte que casi lloro. A todo esto, me pongo a ver cuestión de peso (en mi pasado oscuro, he de confesar que era muy fanática). Había un paciente que, si no me equivoco, se llamaba Juan Pedro, nombre que me encanta. Acababa de perder su puesto en el programa y tenía 22 años. Era un nene, un nene, y me puse a llorar porque... está mal, tendría que estar disfrutando de la vida, sano, no ahí. Y el combo de la casa sola, el día feriado, el dolor de cuello y el programa sobre salud era algo entre muy deprimente y muy bizarro. Sobre todo bizarro. Hambre de perro fiero, oliendo tu dulzura, y cuando está caliente muerde la yugular. En cinco días es el recital de Charly, ¡aaaaaah! Eso. Ahora suena The Cure. Fred Astaire es sumamente agradable. Fue mi fondo de pantalla el último tiempo. Por otro lado, la impresora Epson resultó la peor inversión en siglos. Larga, larga vida a Hp. Amo este momento en la noche (en vacaciones sería más o menos a las dos de la mañana) en que se apagan los dibujitos animados y las luces y hay por fin un poco de silencio que me deje escuchar Sam Cooke en paz. El silencio es realmente algo que nunca tiene el reconocimiento suficiente. Yo lo defiendo fervientemente. El frío vino de manera fugaz, y así como llegó, se marchó. Fue como un día de otoño que quiso ser invierno. No más. El videoclip de Madre hay una sola me recuerda mucho a mi infancia (suena absurdo, estoy prácticamente en mi infancia). Me encanta, me da ese nosequé. ¿Tristeza? El actor de Whatever Works, el que enamora a la jovencita, no recuerdo el nombre, es uno de los tipos más lindos del mundo. Me gustó mucho esa película, quiero ver una de Woody, la pucha.

Chau.

sábado, 10 de marzo de 2012


Después de dormir unas tres horas, me desperté para llevar a Panchito a la veterinaria (si eso no es amor, no sé que lo sea). Volví y, como dios manda, me acosté de nuevo. Ahí es cuando empezó un sueño de lo más raro. Yo viajaba hacia algún lugar de la ciudad que me era completamente desconocido, y cuando bajaba del tren estaba en una especie de King Cross, andén 9 y 3/4. Empezaba a caminar y en una esquina veía a Fran López y Federico Reggiani, él dibujando y Reggiani mirando hacia la calle. Lo reconocía y le decía que me gustaban sus guiones. Ahí hay un vórtice temporal en el sueño y lo siguiente que recuerdo es que me despido de mis acompañantes (no sé quiénes eran, pero tal vez amigos míos) perturbada por algún motivo, y tomo el tren de regreso. Cuando bajo en la estación que corresponde, encuentro que el andén es una especie de picadora de carne (¿o tal vez un gran detector de metales?) al mejor estilo Pink Floyd. ¿Qué carajo hago? ¿Para dónde voy? En el borde de la desesperación, me doy cuenta de que ya estoy dentro de la picadora de carne, y lo único que veo son las cuchillas adelante mío. El sueño se termina.

Ahora suena La Vela Puerca, como me gusta. Terminé Crónicas del Ángel Gris, qué buen libro, la gran puta. Ahora empecé Madame Bobary. Hoy es el cumpleaños de Chuck, oh, glorioso Chuck. Y también de Pappo, un grande de aquellos, grande grande. Se fugó la maldad. Tengo que hacer un budín de pan, y no me gusta para nada el budín de pan, cosa que hace que se incremente mi nivel de paja. Y ya que la nombro... lo admito, la paja gobierna mi vida. Tengo tanta paja que

lunes, 5 de marzo de 2012





Llegar a casa de tu primer día de escuela y que no haya nada para merendar es bastante deprimente. De todos modos, salir hora y media antes del colegio, no está nada mal. Es raro. Apenas llegué a casa sentí ese sentimiento groso de rutina, aunque solo haya sido un día y por apenas unas horas. La misma sed de merienda, las mismas ganas de que haya paz, o como se llame esa tranquilidad post aburrimiento. Y ahora llueve y yo escucho Sui Generis. Esto es la puta vida. Quiero que sea 7 de abril para ir a ver a Charly. Parece invierno, en serio. Lo único que le falta es el frío (pequeño detalle, ¿no?). Pero a lo que me refiero es a que está todo muy acogedor. He de confesar algo que me aterra: estoy desarrollando una adicción a los puntos suspensivos. Antes no los usaba en lo más mínimo, y ahora me tengo que cuidar de no repetirlos demasiado, porque es detestable. Pará, pará, ¿¡a quién engaño!? Vengo faltándole el respeto a los signos de puntuación desde que este blog es blog. Uh, Confesiones de invierno es muy bueno. La cabeza se me mueve como a los perritos esos de juguete al ritmo de la música. Estoy esperando que llegue mi tren. Agh. Qué música suculenta, me agarra una cosa adentro que me destruye. Es buenísimo. El calor que pasé hoy no tiene nombre. Probablemente ya lo haya escrito, pero... ¡puta, qué calor! La corbata parecía una (¿cómo se llaman las sogas con nudos para ahorcarse?). Mi hermanita acaba de ver una foto de Alf y se murió de la emoción diciendo que era lo más lindo que había visto en su vida. Me hizo extrañarlo, es tan divertido.

Preciso que mi rutina esté completa, pero todavía falta empezar Clown, teatro y portugués, además de los horarios de inglés que tengo que intentar acomodar. Y Euge está de vacaciones. Y papá también. Y todo es una confusión. Y además me dan ganas de escuchar Pink Floyd. Y llamarse Natalio Ruiz es lo mejor que te puede pasar, sin duda alguna.

Chau.

domingo, 26 de febrero de 2012

Siri.

jueves, 23 de febrero de 2012


Realmente es muy feo que alguien te quiera mucho más de lo que vos querés a esa persona. Sobre todo cuando el otro se da cuenta. ¿Por qué? ¿Cómo puede molestar que alguien te quiera? La respuesta incide en si la otra persona reclama la misma clase de afecto o no. Cuando se insiste por verse, cuando se repite hasta el cansancio que te extraña y pese a no recibir respuesta, lo sigue haciendo. Un mes, dos meses, un año, y aquellos más insistentes y sin dudas el peor caso, muchos. Y aunque diga esto, lo peor es que no es cierto. Lo que molesta no es que reclamen atención, si no no poder brindarla. La impotencia de no poder hacer que te importe por mucho que lo simules. Y es así, se quiera o no se quiera, es así.

Suena Cuentos Borgeanos. Hace cuanto no escuchaba esto. Canción del agua, canción del agua. Eso. Voy a ver Doctor House, estoy con la sexta temporada. House, lindo. Hugh que viene a la Argentina. Ayer vi el primer capítulo de la misma, y se me puso la piel de gallina cuando la mujer toca su instrumento después de tanto tiempo, sobre todo por su condición. La locura (locura real) siempre me pareció algo fascinante. Sé que es más que jodido como trabajo, pero me gustaría hacerlo. Pausa al capítulo en el minuto 9:48 para decir que el paciente tiene una voz muy sexy, súper gruesa y algo ronca. Pausa minuto 13:48 (pura casualidad el número) para decir algo que pensé hace ya bastante tiempo. Tengo el mismo problema que House consigo mismo. Me saboteo. Aunque quiera que las cosas me salgan bien, inconscientemente las llevo al fracaso. Incluso cuando tengo un buen gesto con alguien necesito hacer algo que lo "opaque". Una de cal por una de arena. Ahora sí, pasó mucho tiempo desde esto. Hoy es 26 de febrero, son las 22:30 y suena Charly García. Este fin de semana fue algo especial (el algo no usado como una cosa si no como un poco)... ¿crecí? Un poco. Me siento aliviada, e hice algo que tenía que hacer hace mucho tiempo. Las calles de adoquines son adorables, y en La Plata está lleno. Y de verde. Qué comentarios idiotas, por las barbas de Merlín. Ah, terminé el libro de Rolón y empecé el de Dolina (uno de ellos), las Crónicas del Ángel Gris. Es genial y me dan ganas de vivir en Flores, en las calles de este no tan misterioso ser.

Volveré.

lunes, 20 de febrero de 2012


Lydia Lamaison

domingo, 19 de febrero de 2012

Para empezar voy a despachar un tema que me jode mucho. Se preguntará usted, señora, qué es lo que tanto me fastidia. Pues no es nada menos que las personas que asocian la fealdad a el ser buenas personas. ¿A qué me refiero, doña? A que muchas personas, digamos... poco bendecidas por la naturaleza se excusan tras el "seré fea pero tengo buen corazón". Y no es así, ¡claro que no! Para jactarse de eso, hay que demostrarlo, claramente. Esto me indigna hace rato ya que lo vengo escuchando hace rato de personas a las que jamás vi hacer nada lindo por nadie más que sí mismos. Entonces, ¿el ser "feo" te convierte en una persona mejor que una persona "linda"*? Claro que no. Eso es, además de falso, prejuicioso hacia la gente linda, porque eso de ninguna manera te convierte en alguien de menor sensibilidad ni mucho menos. Era eso nada más, me jode el complejo de "el gordo bueno", no tiene nada que ver lo físico con lo interior, nada (a menos que hablemos de órganos...). Vale aclarar que si lo dijera una mina linda tal vez sonaría peor, pero vamos, me encuentro dentro de ese grupo y sin embargo no me jacto de ser mejor en nada, porque simplemente, no lo soy (incluso dudo acerca de la existencia de mi corazón). Así que sin culpas lo digo por una vez y me desquito: fea hija de puta. Listo.

Fue la fiesta sorpresa de la abuela Uca. Finalmente, después de tanto cocinar y demás. Salió tan bien que me da mucha alegría, uno debería tomarse el tiempo de tener un gesto así con todos alguna vez. No hay mucho más que eso para agregar. Era una entradita rápida. Mañana escribo largo y tendido. ¡Ah! Después de medio siglo terminé con Conversación en la Catedral, no puede haberme gustado tanto, no puede. Y ahora estoy terminando el libro de Rolón, también muy atrapante.

Chaucha y palito.

*Las comillas (las uso, pero me parece por demás idiota de mi parte) son porque cuando hablo de alguien feo simplemente hablo de alguien que se aleja del canon de belleza establecido por la sociedad. La belleza es algo que depende completamente de quien lo ve.

lunes, 13 de febrero de 2012


Lo único que falta es que me censure blogger. Sos definitivamente mil veces mejor que facebook, gracias al cielo. En fin, este es mi regalo de San Valentín para Sol Fontana. Repito: tengo mucho tiempo al pedo.

Eso.

Larga vida al blog.

miércoles, 8 de febrero de 2012










-Murió el flaco Spinetta.

Mamá me habla desde la puerta con los ojos llorosos. "Murió el flaco Spinetta", dice, y el mundo se paraliza por un segundo. Pongo el noticiero y ahí está: su foto y su canción. Pongo el noticiero, mano en el pecho y lágrimas surcando mi cara. Lágrimas y el flaco que se va, llevándose tanto cariño y dejando tanto todo. "Murió el flaco Spinetta" y no, mamá, lo eterno no muere nunca, pienso, y lo escucho, con las luces apagadas y nada más que eso. Su música,mis lágrimas, y él que no se va a ninguna parte, porque se queda en nosotros para siempre.


Hasta siempre, flaquito.
1950 - 2012

domingo, 5 de febrero de 2012


Nena, no te peines en la cama, dice la canción. La música suena muy linda hoy. Ahora, The Smiths. Estoy extrañamente feliz. Bueno, en realidad no extrañamente, siempre lo estoy, pero hoy tengo una alegría algo absurda. El día fue algo así como trabajoso, sin nada emocionante, y sin embargo estoy contenta. Porque estoy fresca y hay música buena. Eso es más que suficiente. Me di cuenta de que conozco muchas canciones de los Enanitos Verdes, bah, como todo el mundo, pero no me doy cuenta. Están ocultas en algún lugar de mi cabeza y de repente, cuando suenan, me doy cuenta de que las sé enteras. Y es como... ¿en qué momento pasó esto? Últimamente las cosas salen súper redondas. Eso es bueno. Ya es febrero. ¿Qué carajo? ¿Febrero? ¿Seis de febrero? Repito: ¿en qué momento pasó esto? En fin, son unas vacaciones simples pero placenteras, pero realmente... ¡cinco de febrero! Digo, seis, ya es seis. Mañana es el cumpleaños de la Abuela Uca. Ochenta, sí, ochenta años de ser la mejor abuela del mundo (porque claro, es una cualidad con la que se nace). Ayer vimos con la familia a dos novios vestidos de pitufos sentados en el baúl del auto, tomando fernet puro, llenos de globos y bocinazos. Quería decirlo porque fue muy punch. Eso. Hoy ya es 6-02. No, no estoy repitiendo la fecha, si no que en ese espacio me dormí, desperté, desayuné y demás. Procedo a contar: hace un rato lo llevamos a la veterinaria a Pancho. Sí, es todo un acontecimiento, porque pese a que queda a dos cuadras debe ser la primera vez que sale de casa legalmente. Casi se lo come un perro y lo tuve que llevar a upa para que no vuelva a suceder, pero igual, se portó como un rey. Merece su reconocimiento acá. Y me di cuenta de que ya tiene como once años, mínimo. ¡Qué loco! Ahora suena Up in the sky. How does it feel when you're inside me? Esto sí que hace mucho, mucho no lo escuchaba. Voy a comprar y vuelvo (11:22 a.m.). He vuelto (11:49 a.m.) y me estoy asando. Asando, asando, asando. Me voy a refrescar, chau. He vuelto. Faltan seis minutos para las ocho, y el olor a Off me invade y deleita. ¡Qué rico! Y ahora suena Jorge Drexler. Lindo también, ¿verdad que sí? Tengo ese recuerdo en la cabeza que me hace acordar mucho a una película de Woody Allen, y a la vez sé que muy probablemente lo esté imaginando. Es la segunda vez que me pasa eso en el día, empiezo a creer que estoy un poco loca. Me está cansando escribir así en blog, cuando desaparezca cambio, lo prometo.

Volveré y seré millones.

(en forma de fichas)

viernes, 3 de febrero de 2012

En serio, lo mato.

Everybody knows that the bird is the

word!

martes, 31 de enero de 2012


Y es acá cuando yo digo... ¡qué buena serie The big bang theory! Nada nuevo, lo sé, probablemente ya lo dije ochenta veces, pero es muy dios. Está demasiado bien guionada, y cada personaje es muy peculiar y cómico. Aunque no hace falta aclarar que Sheldon se come cruda la serie y que está perfectamente pensado.

Eso.

Cada vez más pedorro, Perro…


lunes, 30 de enero de 2012


Encontré cosas viejas, cosas que escribí al menos hace dos años, y me pusieron un poco... ¿triste? Lo que me apenó fue el hecho de que con 16 años apenas cumplidos ya soy una persona mucho menos pura que lo que solía ser. ¿A qué me refiero con una persona pura? Vargas Llosa lo explica bastante bien:

"-Yo haría cualquier cosa por saber en qué momento me jodí.

-Está sano, es joven, tiene trabajo, tiene mujer -dice Ambrosio-. ¿En qué forma puede haberse jodido, niño?

-Antes de irme de la casa, cuando entré en San Marcos, yo era un tipo puro.

-¿De esos que se fuman los ricachos en los toros? -se ríe Ambrosio.

-Me cagaba en la plata y me creía capaz de grandes cosas -dice Santiago-. Un puro en ese sentido."

Hace unos días, mientras lo leía, me puse a pensar en eso. Teniendo la edad que tengo perdí las ¿esperanzas? por un montón de cosas. Teniendo la edad que tengo no creo en nada. Ni siquiera creo que las cosas (¿el mundo?) puedan mejorar, con sinceridad lo digo. Teniendo la edad que tengo me resigné a vivir mi vida lo mejor posible. Y, sobre todo, teniendo la edad que tengo, vivo con la sensación de que cagamos todo esto en algún momento, o tal vez estuvo siempre cagado, no sé. Ya no creo que pueda hacer algo grande de mi vida, ni siquiera algo grande para mí. Ya no pienso en la libertad como algo posible ni en el amor como un factor duradero. Sé que voy a vivir de manera chiquita, casi invisible para el mundo, y sin embargo lo que más me apena es que ya no me apena. Incluso me agrada pensar en que vaya a ser así. La aceptación es definitivamente lo más triste. Aunque claro, también está la otra cara de la moneda, la incertidumbre del qué será. La posibilidad de hacer algo ¿importante? No sé de donde surgió todo esto. Ni siquiera me molesté en escribirlo con un poco de coherencia para colmo. Ha de ser que hoy siento todo esto más patético que nunca, más chico, más irrisorio, más insignificante, apestoso y maloliente que nunca. Será que hoy todo parece extremadamente mediocre. Será que hoy todo esto me da pena y que me contento con aporrear el teclado (como diría mi madre) para descargar un poco de toda la mierda que tengo acumulada en la cabeza y que, por algún motivo, nunca largo. Antes al menos hacía eso, ahora todo me importa tan poco, tan poco... me cansa estar muerta. Será que aunque estoy de un humor súper lindo (y no estoy siendo irónica) me siento más pesimista que nunca. Será que no entiendo nada y no entiendo para qué sirve todo esto, y a la vez sí. La vida sirve para vivir. Y también me doy cuenta de que esas "cosas grandes" de las que hablo en realidad son chicas también para los que las hacen, o al menos cotidianas, y eso me desespera más todavía. Qué putada. Será que el humano tiene que vivir como lo que es, un animal, pero quien sabe quien le dio la posibilidad de no sentirse feliz con eso. ¿Será que tengo ganas de irme a la mierda? Un poco, y otro poco que hoy es un día lluvioso y se presta a todo esto. Qué día adorable, hablando en serio. Me acosté boca abajo en el pasto, escribiendo en mi (nuestro) cuaderno, y cuando miré al cielo... fue mágico, tal como lo escribí. Creo nunca haber visto cielo tan lindo, tan perfecto e imperfecto a la vez. Completamente celeste lleno, repleto, de nubes naranjas, naranjas, naranjas, que manchaban todo el azul hasta que en la lejanía (o tal vez no tanta) se fundían formando todo naranja, naranja, naranja, naranja. Un cielo tan intenso.

Por suerte ya pasó.

Sos un puto, sos un puto, sos un puto, sos un puto, sos un puto.

sábado, 28 de enero de 2012

Ojeando un libro de Mafalda encontré la dedicatoria de Quino. Qué lindo. Me morí de la ternura con Charly (el cocinero que ganó un concurso y ahora tiene un programa en el Gourmet, genio), que tiene un troll vestido de cocinero en la mesada de amuleto. Gusto de escuchar Pamaral en días como este. Un saludo de cumpleaños para Lud, como es usual. Bueno, el homenaje consiste en solo eso, pero al menos es una mención. Amén por ella. Me pica la pierna. Me llora el ojo, desde ayer, incesantemente, no para. Como la canción. Te compraste las acciones de esta farsa, y el tiempo no para. Y de paso lo escucho, qué lindo escuchar la Bersuit a todo lo que da en las mañanas de colegio, no sé por qué después siempre lo abandonamos. Disparo contra el sol con la fuerza del ocaso. Me gusta esta canción. Unos días sí y otros no, estoy sobreviviendo sin un rasguñón. Me doy cuenta de que lo único que hago es poner una canción e ir intercalando un comentario con un fragmento de la misma. Es penoso, a decir verdad. Tengo mucho sueño, sueño de los ojos, pero no me sale ir a dormir una siesta, y cuando estaba acostada no me quedé dormida. Nos tildan de ladrones, maricas, faloperos, y ellos sumergieron a un país entero, pues así se roban más dinero. Y ahora suena Sencillamente. Me encanta. Ayer me puse a pensar en los cinco mejores momentos de mi vida. O bueno, al menos eso intenté. Me di cuenta de que no pude elegir ni uno. Ojo, no es que no me hayan pasado cosas felices, todo lo contrario, pero a la hora de contarlos no se me ocurre ninguno lo suficientemente significativo. Dame lo que más te guste, y nada más. Interesante video el de esa canción. Y ahora El baile de la gambeta, con Diego, ¡cómo baila! los dos, Gustavo Cordera también. Qué buena canción. Puta, tenés que dejar de hacer esto. Por eso ahora vamos a bailar para cambiar esta suerte, si sabemos gambetear para ahuyentar la muerte.

Basta, perro, cortala.